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¿Queri pololear conmigo? - era el segundo día que nos veíamos, lo habíamos pasado la raja pero, ¡¡¡¡EL SEGUNDO DÍA!!!!
- ¡No! - le dije, con care pánico- Nos conocemos desde ayer, al menos dame una semana para conocerte un poco, si no me voy a ir con otro ni nada jaja así que tranquilo.
- Bueeeno - dijo medio decepcionado- entonces no hay apuro.
Nos besamos como el día anterior y me bajé. Estaba más feliz que perro con dos colas.
Habían sido los mejores dos días del año, de la vida, no sé, cada segundo que pasaba me encantaba más. Entonces nos seguimos viendo todos los días de esa semana (coincidentemente era semana Santa, así que tuvimos muchos días libres) y a la semana exacta me pidió pololeo por segunda vez, ahí si que sí. Fue ultra-súper-mega rápido, lo sé, y eso que yo no tenía ganas de pololear ni estar en algo, y eso que debí tener miedo o algo por el estilo debido a mis malas experiencias anteriores, pero nada, ya me había tirado a la piscina. Le advertí en ese momento que yo era más chica que él, que el estaba terminando la U y yo recién iba en la mitad de la carrera, le pregunté si eso le podía influir o no.
- ¡No! Eri super madura para tu edad y todo lo demás da lo mismo, si me gustai así, nunca me había pasado esto con alguien, tener tantas cosas en común y todo eso.
- Bueeno, si tu dices- le dije con care Kirby.
Siguió pasando el tiempo y todo bien, sus amigos eran muy simpáticos (la mayoría), salíamos todos los fin-de-semana donde algunos de ellos y su familia por otro lado, aunque quizás distinta a la mía, cada vez me fue gustando más, y si al principio me daba un poco de miedo ir a su casa (eran medios enojones y/o distantes) al final me di cuenta que eran así y en verdad eran bacanes.
La relación amorosa iba viento en popa, nos veíamos casi que todos los días (cosa que a mí antes de él no me gustaba hacer porque me gustaba tener mi espacio y volás) y obviamente lo iba queriendo más y más. Supongo que lo pasábamos bien juntos, veíamos películas -sure-, HIMYM, íbamos a comer por ahí después de la U, etcétera. Me empezaba a sentir con princesa en cuento de hadas.
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Un día fuimos al cine -del cual ya eramos casi que clientes frecuentes- porque se había estrenado una película de terror que nos tincaba, el tema es que la función que queríamos estaba llena así que tuvimos que comprar para la siguiente, en dos horas más. Nos quedamos ahí para esperar, fuimos a comer al Tip y Tap y después subimos a la sala. Cuando ya estábamos sentados me dijo "¿qué hora es?",saqué mi celular y le dije la hora, entonces él se dio cuenta que no tenía el suyo. Entró en panic attack, le dije que quizás estaba en el auto y me dijo "no, tengo que ir a buscarlo ahora". Así que partió en busca del smartphone perdido, y como a la media hora después volvió (mientras, yo veía la peli sola como un perro). Tenía un papel un la mano a los 33 style que decía que habían encontrado su celular en el techo del auto y que estaban en la sala 13 (al frente de la nuestra). Bueno, todo esto pasó porque yo me había "enojado" (supuestamente) con él porque me molestó como dos horas con no me acuerdo qué y ya me tenía un poco chata, entonces cuando él quiso ir a buscar cigarros al auto yo como nunca no lo acompañé (manso castigo oezí) y nadie se dio cuenta que el celular había quedado ahí.
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Era el tiempo del mundial, Chile iba terrible bien en los partidos y esta vez le tocaba con España. El lindo quería una polera de chilito porque la suya se le había perdido, recorrimos cuando centro comercial encontramos en las cercanías de su casa, pero nada, ni siquiera su cotillón mundialero. Yo justo había pasado en la micreli antes por una calle donde vendían cosas del mundial y le dije, fuimos y por fin compró algo blanco, rojo y azul, estaba tchotcho. De pasadita pasamos al supermercado a comprar el beberaje para ese día, un pisco de los guenos, de esos que con sólo verlos se te hace agua la boca. Fuimos a la casa del Toño a ver el partido -un amigo de la U de mi pololi- empezamos a tomar y tomar, y finalmente, Chile le ganó a los tíosh y la euforia de mi macho era impresionante. Él siguió chupando como orilla de playa (yo ya había parado porque estaba entrando a la curadera y al otro día tenía exámen) y nos fuimos a mi casa bien curados y empezó a declarar su amor por mi.
- Eri la polola más bacán que he tenido, somos iguales, eri como mi alma gemela- me decía mientras se apoyaba en la pared de la cocina.
No le creí nada de lo que dijo en todo caso, aunque se supone que los curaos dicen la verdad, yo en el fondo sentía que no estaba in love de mi (porque no le había entregado mi flor, la prueba del amors). Nos fuimos a anclar a mi pieza mientras veíamos al "legen-wait for it-dary" Barney en nuestra serie. Obviamente, como muchas otras veces, y sobretodo ahora que estaba con la influencia del alcohol, el susodicho intentó de que le dé la pasá, pero yo no quería porque sentía que no estaba enamorado como yo quería para hacerlo (ese es mi lado princesa, ok?).
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El hombre había entrado a la recta final para la entrega de titulo, por lo cual no nos veíamos como antes. Por otro lado, yo estaba terminando los exámenes y estaba casi de vacaciones. Mis planes (antes de conocerlo) eran irme al sur como cada vacación, pero como ahora tenía pololo, creí que tenía que estar con él para apoyarlo y estar en el día en que se titule. Entonces me quedé. Mis primeros 4 o 5 días de vacaciones no lo vi porque él estaba enfocado en sus cosas, pero bien, me gustaba la idea de estar con alguien maduro que supiera qué era lo importante en la vida. Dediqué tiempo para mi, mis amigas, etcétera; avancé mis capítulos de la serie porque se suponía que la última temporada la veríamos juntos y vi Star Wars porque habíamos hecho una apuesta y obviamente tenía que ganarla yo (muajaja).
Habíamos hecho varios planes para ese mes de julio, aprovechando mis vacaciones y que el después de título estaría finalmente libre, íbamos a ir a Viña al cumpleaños de su sobrinita en tres fin-de-semanas más, íbamos a hacer un recorrido por el centro, viendo edificios, parques, el cerro, sacar fotos artishticash, algo que para mí, es el mejor paseo. Íbamos a estar todo un día viendo una maratón de alguna película, etcétera. Lo único que quería era que llegaran esos días.
Era mi primer viernes de vacaciones y ese fin de semana no nos veríamos porque él tenía que avanzar en lo suyo, pero el lunes me dijo que iba a venir a mi casa. En eso, una amiga provinciana me invita a su casa por cuatro días y le dije que sí, total igual no iba poder ver al chiquillo en ese tiempo. El martes en la mañana partía el viaje así que mi pololito se quedó hasta taaarde el día anterior en mi morada. Terminamos de ver juntos la serie famosa y vimos otra película más (los dos eramos adictos a las películas, por cierto), y en eso me dice el weon que había comprado condones.
- ¿Me quieres lo suficiente para hacer esto? - le dije- no quiero cagarme la vida después por califa y/o arrepentirme.
- Si te quiero, mucho - dijo con care serio pero en verdad ni pescó mi pregunta y siguió insistiendo para tener su objetivo; pero yo como buena alemana media terca, seguí tratando de buscar la respuesta que sabía que nunca escucharía.
Hasta ahí quedó ese tema, porque el se aburrió de tratar y yo nunca di mi brazo a torcer. Pusimos play a la peli y la terminamos de ver. Eran ya como las 5 a.m., así que él buscó sus cosas para irse y yo me fui acostar, se despidió tiernamente como siempre y se fue. Escuché el sonido del motor del lamboryaris y me dormí.
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